En los colegios, donde he trabajado, siempre se han hecho filas para entrar por las mañanas y para entrar a clase después del recreo. Es una rutina y al parecer no hemos encontrado otra forma mejor de hacerlo. A primera hora de la mañana se dedica a estar en fila entre 15 y 20 minutos diarios, (se abren las puertas a las 8:50 y empiezan a entrar al colegio los primeros alumnos-as y cuando se llega a clase suelen ser las 9:10 aproximadamente).
Para rentabilizar este tiempo y para evitar "problemillas" (empujones, disputas,...) he ido introduciendo algunas actividades que están resultando motivadoras.
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Una de ellas es el reparto de entradas al alumnado mientras está en fila en el patio. Entradas, como si se tratara de las entradas para el cine o cualquier espectáculo. Son cartulinas plastificadas que llevan escrita una palabra. A cada alumno-a le corresponde una diferente: así que como tengo 26 niños-as pues tengo preparadas unas 30 cartulinas.
En la puerta de la clase las voy recogiendo y al entregármelas me dicen la palabra que está escrita. El que la sabe leer, la lee orgulloso y el que todavía tiene dudas ya se ha preocupado de pedir ayuda a algún compañero-a. Así que cuando llegan a la puerta de la clase, no sé cómo pero todos-as leen su "entrada".
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Con esta actividad el tiempo de espera en fila se ha dedicado a la lectura de una forma lúdica y funcional.
Leer por placer, en el patio de recreo, no es una costumbre que esté instaurada en las escuelas. 
